Casi treinta años de carrera, siete álbumes de estudio y múltiples colaboraciones en compilados, documentales y hasta una cinta porno, acarrea la agrupación originaria de Hermosa Beach, que el cuatro de marzo se presentará en el Teatro Novedades.
Un anuncio en el sitio oficial del grupo y vistosos carteles pegados por el centro de la capital lo confirman: la legendaria e influyente banda Circle Jerks se presentará en escenario local este cuatro de marzo. Tomando en cuenta que la nutrida agenda musical, al parecer, hará pebre los bolsillos de los melomános, LaNación tiene un par de tickets para regalar. La agrupación hardcore punk, formada durante la última patita de los setenta, viene con dos de sus miembros fundadores, el guitarrista Greg Hetson, que milita en los también relevantes Bad Religion y Keith Morris, quien fuera el primer vocalista de otro imprescindible del género, Black Flag. Los californianos, que prometen reventar el Teatro Novedades y dar una lección musical a los amantes de los riffs acelerados, iniciarán en Santiago su primera gira sudamericana, que incluye fechas en Brasil y Argentina. Las entradas cuestan 14 mil pesos -y 16 mil el día del evento- y están a la venta a través del sistema feriaticket y Paris. También se pueden adquirir, sin recargo, en las tiendas Voz Propia Records, del Portal Lyon, y Mucky Rock, del Eurocentro. Si el precio resulta elevado, es -todavía- probable que en estos locales se pueda comprar alguno de los cien boletos que la organización anticipó en 10 mil. La cita en el Teatro Novedades parte a las 19:00 horas con los dueños de casa, Bbs Paranoicos y Subradical. Rupturas, coma diabético y pornografía punk Los orígenes de la banda se remontan a 1979, año en que Keith Morris, decide no ser más la voz de Black Flag y funda Circle Jerks junto al guitarrista Greg Hetson, el bajista Roger Rogerson y el baterista Lucky Lehrer. Al año siguiente, y bajo la firma del sello independiente Frontier Records, graban su primer álbum, Group Sex, un disco de 14 temas concentrados en 16 minutos de pura adrenalina adolescente, que quedó parcialmente registrado en el documental “The decline of western civilization”, material de culto y vitrina de la escena californiana de aquel momento, donde el cuarteto aparece con cuatro canciones en vivo. Durante los casi veinte año de carrera, estos veteranos exponentes del hardcore ha debido sortear con dos rupturas que los mantuvieron alejados durante un breve lapso de las canchas y con la enfermedad de su vocalista en 2000, que nuevamente los marginó por casi tres años. Lo señala el propio Morris en el sitio oficial del grupo, donde cuenta que un grave coma diabético se le manifestó en Oslo, luego de actuar en el Oya Fest junto a -la travestida pero ruda- banda Turbonegro y que lo mantuvo hospitalizado una semana. Luego de la recuperación, el desenfrenado Morris volvió tan prendido que el año pasado hasta se dio el lujo de participar en “Circa 82”, cinta pornográfica basada en la escena punk ochentena y donde los californianos también aportan musicalmente.
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